Luz Elena Baños, representante permanente de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA), protagonizó un escándalo durante la sesión del Consejo Permanente en la que se discutió y finalmente aprobó el financiamiento del programa-presupuesto de esa institución para 2024.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha cuestionado reiteradamente a la organización continental presidida por el uruguayo Luis Almagro. Este jueves, desde Tamaulipas, el mandatario ratificó sus críticas:
“Y me dices ‘la ONU’ y me dices ‘la OEA’, y no les creo, ni a la ONU ni a la OEA, porque no actúan con justicia. Se los fue a decir a la OEA que no han hecho nada para defender a los pobres del mundo, y tienen aparatos administrativos y muchísimos burócratas, claro, de pedigrí, porque ganan muchísimo dinero, pero no ven nada en violación de derechos humanos”, dijo López Obrador.
En la sesión del 31 de mayo del Consejo Permanente de la OEA, Baños se manifestó en contra de una propuesta de incrementar el techo del presupuesto para el organismo multilateral, al considerar que se trataba de una ilegalidad y de un acto contra la ética y la moral.
También se expresó con vehemencia en contra de que se cerrara la discusión, como propuso –argumentando razones de procedimiento– el presidente del Consejo Permanente, Juan Washington Abdala Remerciari.
Uno de los momentos más tensos ocurrió cuando Abdala Remerciari anunció que se votaría el cierre del debate, luego de que el representante de Paraguay citó el reglamento.
“Usted me pone en un brete”, le dijo Abdala Remerciari a la representante mexicana y le citó de nuevo el artículo que ordenaba, según dijo, de manera “guillotinesca”, pasar a la votación.
Al momento de que el diplomático uruguayo dijo “se cierra el debate, vamos a votar” e inhabilitó el micrófono, Luz Elena Baños se puso de pie y comenzó a gritar.
En la transmisión por video no se alcanzaban a oír los alegatos de la representante mexicana, mientras que Abdala Remerciari insistió en citarle el reglamento. En ese momento le pidió que se sentara para que pudiera hablar por el micrófono, a lo que Luz Elena Baños contestó: “no me voy a sentar” y siguió alegando.
Una de las integrantes de la mesa le explicó al presidente que no había manera de que los intépretes pudieran traducirla a los delegados de países que no hablan español si no utilizaba el micrófono.
Finalmente se le habilitó y Baños insistió en que no podía cerrarse la discusión “si a México no se le ha contestado un asunto de legalidad” y pidió directamente al secretario de Asuntos Jurídicos, Jean Micheal Arrighi, que le contestara el punto que reclamaba.
–Le ruego se dirija a mí, que soy el que conduce este consejo –le respondió Remerciari
–Muy bien, ya le había dicho a usted, pero como usted no me hace caso –contestó Baños.
Una vez que Arrighi dio su respuesta y habló el representante de Bolivia, de nuevo Abdala Remerciari ordenó pasar a la votación y pidió que le trajeran “la cajita” donde estaban los papelitos con los nombres de los países. A lo lejos se escucharon nuevos gritos de Baños, pero el diplomático uruguayo le indicó que ya había hablado muchas veces.
Abdala Remerciari tomó el papel y el primer país que debía emitir su voto fue… México. Y de nuevo regresaron los alegatos entre el presidente del Consejo Permanente y la representante mexicana.
Al final la propuesta de aumentar el presupuesto, la cual será llevada a la Asamblea de la OEA, fue aprobada por 25 votos y cinco en contra de México, Chile, Colombia, Bolivia y Costa Rica.