Las llantas pueden ser un caso exitoso de economía circular, pero no suficientemente apoyado en la colaboración, porque las llantas usadas se importan México y no son acompañadas del impuesto para reciclaje que se cobra, por ejemplo, en el estado de California.
Tijuana, Baja California. – A 40 años de la firma de los Acuerdos de La Paz, entre los gobiernos de Estados Unidos y México sobre la Cooperación para la Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente en la Zona Fronteriza, no se ha logrado cumplir las metas según lo pactado.
Estos acuerdos después de transitar por diversos nombres hoy se conocen como “Frontera 2025”, y tienen como metas principales el manejo del agua, aguas residuales, residuos y atención a contingencias o cumplimiento ambiental. Según la opinión del director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental A.C. (CIGAMX), algunos residuos de lado mexicano se manejan con una legislación ambigua.
“En algunos casos, la basura electrónica está considerada como residuos de manejo especial y en otros como residuos peligrosos. Se ha llevado a cabo una gestión larga, no exitosa, para que se definan estos residuos electrónicos como peligrosos. Aún no está claro y esas zonas de gris en las legislaciones ocasionan abusos en el manejo”, señaló Zavala Álvarez.
Otro de los residuos prioritarios son las llantas. Este producto puede ser un caso exitoso de economía circular, pero no suficientemente apoyado en la colaboración. Las llantas usadas se importan a México y no son acompañadas del impuesto para reciclaje que se cobra, por ejemplo, en el estado de California.
“Digamos que estas llantas ingresan a México huérfanas, sin esos dos dólares que pagaron en EE. UU. para reciclaje y eso resulta un problema para el reacopio y manejo en la frontera en territorio mexicano”, añadió.
Entre los residuos prioritarios en la frontera se encuentran las baterías para vehículos construidas con plomo y ácido. En México, el manejo de este residuo está considerado como peligroso; desafortunadamente, la regulación es deficiente y se puede observar en la mancha urbana acopio de estos materiales en talleres, refaccionarios y otro tipo de negocios sin regulación.
“Después de la extracción de plomo, que es el material que representa valor económico, el ácido sulfúrico convertido en sulfato de plomo, se tira en la tierra o en los drenajes de la ciudad, y esto es un problema serio que no alcanza a tener suficiente vigilancia”, abundó.
Egresado del Programa LEAD por El Colegio de México, José Carmelo Zavala Álvarez, enfatizó en los objetivos del programa “Frontera 2025”. Destaca el compromiso de combatir los tiraderos clandestinos de basura. Autoridades locales han mencionado hasta 500 tiraderos de desechos irregulares en la mancha urbana de Tijuana.
“Esto es una barbaridad porque, mientras los esfuerzos se enfoquen solo en la recolección y luego en la disposición en un relleno sanitario, no necesariamente bien manejado, no hay una visión sustentable del manejo de residuos. La separación de origen de residuos sólidos urbanos es clave en los puntos de origen para que no pierdan valor, o lo recuperen con el reciclado como se contempla en la misma legislación mexicana desde hace muchos años “, explicó.
El director del CIGAMX agregó que la disminución de los residuos que llegan al mar es otro de los objetivos señalados en el programa Frontera 2025. La intención es eliminar los residuos que se tiran en las calles, arroyos, cañones, y que son arrastrados por las aguas pluviales y terminan en la costa ocasionando serios problemas de contaminación. En Tijuana los derrames de aguas residuales han escalado a nivel binacional.
Finalmente, Zavala Álvarez invitó a la población a sumarse a la Reunión de Coordinadores Nacionales del programa Frontera 2025, a realizarse en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) campus Tijuana, los próximos 10 y 11 de septiembre.